Apelando a los contrataques. Esa fue la estrategia con la que el cuadro rojinegro afrontó el primer tiempo, mostrando un orden defensivo que frenó a un Sullana, que no encontraba la fórmula para vulnerar el arco de Patricio Álvarez.
Todo salía a pedir de boca; sin embargo, el pecado melgariano fue no liquidar las ocasiones de gol que se le presentó en el área de un guardameta Diego Carranza, que fue una muralla insuperable para un Bernardo Cuesta y Omar Fernández con la “mecha mojada”.
Con el marcador en blanco se fueron al complemento. Luego de sacudirse de un complicado primer tiempo, el equipo norteño se mostró más agresivo, es así que a los 49’ una buena jugada de Robinson Aponza le permitió a Carlos Uribe anotar el tanto que sería el del triunfo.
De ahí en adelante, Melgar buscó por todo los medios la igualdad, pero lo hizo de manera desordenada, con una fragilidad que era producto del cansancio de la mayoría del plantel melgariano que sintieron el rigor de la calor de Sechura.
El tiempo no dio para más, más allá de la derrota Melgar volvió a dejar muchas dudas en el funcionamiento individual y colectivo que tendrá que superar de cara al compromiso de la próxima fecha ante Alianza Lima, sea en el estadio Melgar o en La Tomilla.
